Raymond Arrieta inicia el 30 de mayo la décima caminata Da vida, a favor de los pacientes de cáncer

«Voy a parar de caminar, pero no me voy a detener en ayudar al hospital». De esta manera, Raymond Arrieta reafirmó su decisión de culminar en esta décima edición la caminata Da vida, a favor de los pacientes de cáncer, pero adelantó que «el año que viene venimos con otro invento». El comediante vio interrumpida por las lágrimas y la emoción su característica sonrisa, al explicar las razones que lo llevan a detener su caminar, luego de 813 millas recorridas y $7,770,466.53 recaudados para el Hospital Oncológico.

«Ya tengo que parar. Tengo parar porque mi familia (llora) me lo ha pedido. Mi papá, mi mamá, mi hija, mi esposa y mi hijo lo han sufrido mucho», admitió quien aseguró a diferencia del dolor físico, que es pasajero, el emocional perdura.

Arrieta considera ser un hombre nuevo desde aquella primera caminata en 2009, motivado por Edgardo Huertas en el marco del fallecimiento de Awilda Carbia, el centenario de Ramón del Rivero «Diplo» -quien caminó de San Juan a Ponce por los pacientes de cáncer- y el primer diagnóstico de esta enfermedad que afrontó Dagmar.

El comediante dio su primer paso inspirado en el diagnóstico de cáncer de Dagmar.

«Gracias por tu amor, por tu entrega sincera, tu sacrificio; gracias. No tenías por qué hacerlo, pero lo hiciste y a nombre de todos los pacientes y sobrevivientes de cáncer, gracias», añadió su compañera en la pantalla de Día a Día, de Telemundo.

Cuando este esfuerzo inició, «no teníamos ni para pagar una transfusión de sangre que valía $200», recordó Ramón González, presidente de la Liga Puertorriqueña contra el cáncer para ejemplificar la precariedad de la institución hospitalaria, que ese primer año recibió $212 mil de la caminata.

Desde entonces y hasta ahora, son múltiples los avances alcanzados por el Oncológico, incluyendo el subsidio a los pacientes sin capacidad financiera para sus tratamientos de quimioterapia, radioterapias, pruebas diagnósticas y cernimiento; así como la construcción del Centro de Rehabilitación para pacientes de cáncer de Puerto Rico y el Caribe y la inauguración del Centro de Gastroenterología.

Este año, Arrieta se enfrentará 83 millas en nueve días, saliendo de San Juan el 30 de mayo, en ruta a La Guancha en Ponce, donde lo espera una gran fiesta de pueblo con fuegos artificiales, el 7 de junio, a las 7:00 p.m., en una edición especial de Día a Día.

Los donativos de este año irán destinados al Centro de Investigación del hospital, así como el área de gastro y el centro de medicina nuclear.

La iniciativa está respaldada por el tema Nunca vamos a parar, que Black Guayaba compuso por petición de Raymond en solo una semana.

«Cuando escribimos este tema pensamos no solo como si fuéramos Raymond, sino en una canción en la que todo el mundo se pudiera identificar, los que están caminando y los que están batallando contra el cáncer», explicó Gustavo González, vocalista de la banda.

Por su parte, José Cancela, presidente de Telemundo, endosó una vez más Da vida y la misión de la misma, que de cierta manera, mantiene la esencia de la estación fundada por Ángel Ramos hace casi 65 años.

«Te das cuenta no solo de la parte física, también la parte emocional. Esta caminata va con Telemundo… (que lleva en ) su ADN dar, contribuir», opinó el también gerente general.

«Tengo la bendición del cariño de un pueblo», resumió el filántropo, quien evalúa maneras de mantenerse contribuyendo con los pacientes de cáncer.

Dedicada a Billy Fourquet

La décima edición de Da vida será dedicada al locutor Billy Fourquet, fallecido recientemente en medio de su lucha contra el cáncer de hígado.

«Esta caminata se la quiero dedicar a Billy Fourquet y todas las personas que lucharon y no están y las que siguen luchando y van a estar», destacó quien se realize un doble tatuaje en uno de sus brazos, en representación de las huellas que ha dejado el evento en su vida, pero también de las vidas que ha marcado en este peregrinar, según destacó en aparte con EL VOCERO.

Publicado por Mariam Echevarría, EL VOCERO